En los días previos al inicio del segundo semestre escolar, la empresa Fedir-Linares se encuentra inmersa en una actividad frenética. Sus camiones, cargados de productos alimenticios, se preparan para surtir a los colegios de la región del Maule, garantizando que todos los establecimientos educacionales adscritos a los programas de alimentación escolar estén listos para recibir a los estudiantes.
Una Logística Precisa y Eficiente
Con la llegada de la noche, los camiones de Fedir-Linares comienzan a ser cargados en una de las bodegas de la empresa. Cada producto, desde abarrotes hasta alimentos congelados y verduras, pasa por un riguroso control de calidad antes de ser distribuido. Este proceso es vital para asegurar que los alimentos lleguen en las mejores condiciones posibles a su destino final.
Juan Retamal, un transportista con 12 años de experiencia, comenta sobre su labor: “Conozco toda la zona en donde estamos iniciando el reparto para el segundo semestre. Nos encargamos de distribuir congelados, abarrotes y verduras, llegando incluso hasta la costa de Chanco”. Retamal es uno de los muchos trabajadores comprometidos con la misión de Fedir-Linares, quienes se esfuerzan por cumplir con los altos estándares de calidad y eficiencia.
El Papel Fundamental del Personal de Bodega
El operador de grúa, Joaquín Barros, ha estado involucrado en el programa de alimentación escolar durante cinco años. Su tarea principal es cargar y descargar los productos de mercadería, asegurándose de que todo esté correctamente almacenado en los camiones. “Estamos iniciando el segundo semestre cargando los camiones, cuyo destino son las treinta comunas maulinas”, explica Barros.
Este trabajo es realizado con un gran sentido de responsabilidad y compromiso, ya que el bienestar de miles de niños y niñas depende de la puntualidad y la calidad de estas entregas. Cada miembro del equipo de Fedir-Linares entiende la importancia de su rol en este proceso.
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Rutas Diseñadas con Precisión
Gonzalo Luengo, quien comenzó su carrera en Fedir-Linares como auxiliar, hoy se desempeña como encargado de sistema. Su principal misión es diseñar las rutas que deben seguir los transportistas. “En vacaciones de invierno hacemos entrega mixta, es decir, abarrotes y congelados o congelados solos para disminuir costos y llegar a tiempo a toda la región. Nos encargamos del abastecimiento y de que los productos lleguen en buenas condiciones antes de que se inicien las clases”, expone Luengo.
El diseño de rutas es una tarea compleja que requiere de una planificación meticulosa. Luengo y su equipo trabajan para asegurar que cada entrega se realice de manera eficiente y oportuna, minimizando los costos y maximizando la calidad del servicio.
Preparativos en los Colegios
Mientras los camiones recorren las rutas planificadas, en los colegios, las manipuladoras de alimentos se preparan para recibir los productos que formarán parte de las comidas escolares. Estas trabajadoras son una pieza clave en el engranaje del programa de alimentación escolar, ya que su labor asegura que los alimentos sean preparados y servidos de manera adecuada.
El trabajo de las manipuladoras de alimentos es crucial para el bienestar de los estudiantes. Su dedicación y profesionalismo garantizan que los niños y niñas reciban comidas nutritivas y balanceadas, esenciales para su desarrollo y rendimiento académico.
El Impacto de un Trabajo Bien Hecho
El plan de abastecimiento de Fedir-Linares no solo se trata de logística y distribución de productos. Es un esfuerzo conjunto que involucra a transportistas, operadores de grúa, planificadores de rutas y manipuladoras de alimentos, todos trabajando hacia un objetivo común: asegurar que cada estudiante tenga acceso a alimentos de calidad cuando regresen a clases.
El compromiso y la dedicación de todos los involucrados son evidentes. Cada detalle, desde la selección de los productos hasta la planificación de las rutas y la preparación de los alimentos en los colegios, está pensado para ofrecer el mejor servicio posible.
Fuente: El Heraldo
