Durante 2024, la cadena de suministro global ha sido duramente golpeada por constantes interrupciones en el transporte marítimo, lo que ha generado enormes desafíos logísticos a nivel mundial. La congestión en los puertos, tiempos de tránsito impredecibles y la falta de capacidad para manejar el creciente flujo de bienes han llevado a empresas a replantear sus estrategias de distribución. En medio de este caos, la carga aérea ha emergido como una solución viable, permitiendo a las empresas mantener el ritmo de sus operaciones y cumplir con las expectativas del mercado.
Un reciente informe de la consultora internacional Drewry revela un notable crecimiento en el volumen de carga aérea, especialmente en rutas clave provenientes de Asia. Según el informe, el transporte aéreo de mercancías ha experimentado un aumento de dos dígitos en lo que va de año, destacándose como una opción atractiva frente a las limitaciones del transporte marítimo. Este auge en la demanda se debe en parte a la capacidad aérea disponible, que ha sabido aprovechar el espacio que antes estaba destinado al transporte de pasajeros, reconvirtiéndose para dar respuesta a las necesidades de la industria logística.
La crisis del transporte marítimo
El transporte marítimo, que tradicionalmente ha sido la columna vertebral del comercio internacional debido a sus costos más bajos, ha enfrentado obstáculos sin precedentes. La saturación de los puertos, los retrasos en la entrega de contenedores y la escasez de mano de obra especializada han afectado gravemente la puntualidad en la entrega de productos. Esta situación ha generado grandes pérdidas económicas y ha incrementado las tarifas de los fletes marítimos spot, alcanzando niveles insostenibles para muchas empresas, especialmente para aquellas que dependen de un flujo constante de materias primas o productos terminados.
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Entre diciembre de 2023 y septiembre de 2024, la diferencia de costos entre los fletes aéreos y marítimos spot se ha reducido dramáticamente, pasando de ser 25,9 veces más caro el flete aéreo, a solo 5,6 veces. Este ajuste en los precios ha hecho que muchas empresas reconsideren la opción aérea, a pesar de su costo históricamente elevado.
La carga aérea como salvavidas
El aumento en el uso de la carga aérea no solo ha sido impulsado por la necesidad de sortear los problemas del transporte marítimo, sino también por la agilidad que ofrece en comparación con este. Los tiempos de tránsito más cortos, la mayor confiabilidad y la flexibilidad de las aerolíneas han sido factores decisivos para que muchas compañías opten por este modo de transporte, a pesar de las tarifas más altas en comparación con los fletes marítimos tradicionales.
Además, la demanda de productos de alta tecnología, moda y bienes de consumo rápido, que requieren ser entregados en cortos periodos de tiempo, ha sido un factor clave en la creciente popularidad de la carga aérea. Mientras tanto, industrias como la farmacéutica y la automotriz también han visto la carga aérea como una opción esencial para mantener la continuidad de sus operaciones.
¿Es el transporte aéreo una solución permanente?
Aunque la carga aérea ha demostrado ser un salvavidas en tiempos de crisis, es importante tener en cuenta que su sostenibilidad a largo plazo sigue siendo un desafío. El aumento en los costos del combustible y las tarifas aéreas podrían hacer que las empresas reconsideren esta opción una vez que la crisis marítima se estabilice. Sin embargo, en el corto plazo, el transporte aéreo continuará desempeñando un papel crucial para las empresas que necesitan mover bienes rápidamente y sin los retrasos inherentes al transporte marítimo.
La carga aérea ha pasado de ser una alternativa secundaria a convertirse en una pieza clave en la logística global durante 2024. Ante la incertidumbre que sigue dominando el panorama del transporte marítimo, las empresas han demostrado su capacidad de adaptación al adoptar soluciones rápidas y eficaces, como el uso del transporte aéreo para mantener el flujo de mercancías y mitigar los efectos de una cadena de suministro en constante tensión.
Fuente: Mundo Marítimo