Chile lanza su primer vehículo comercial a hidrógeno: una apuesta nacional por el transporte limpio
Valparaíso, septiembre de 2025. En un hito para la movilidad sostenible en Chile, el Centro Mario Molina, a través de su nueva marca Fedelli Future Motors, presentó el primer prototipo nacional de vehículo comercial a hidrógeno, orientado al uso en logística urbana y operaciones portuarias. El lanzamiento se realizó en la Feria Enloce de Valparaíso, uno de los eventos más importantes del país en materia de logística portuaria.
El prototipo integra un motor eléctrico de alto rendimiento, una celda de combustible a hidrógeno de 80 kW y una batería de ion-litio de 75 kWh, en un diseño pensado para sustituir directamente a los vehículos diésel, manteniendo las condiciones operativas pero con cero emisiones.
Un desarrollo nacional con visión industrial
La iniciativa forma parte del programa Hydrotech Industries, apoyado por Corfo, y se enmarca en un proyecto de desarrollo tecnológico que busca posicionar a Chile como actor relevante en la transición hacia el hidrógeno verde.
Gianni López, director del Centro Mario Molina, explicó que el desarrollo contempla tres etapas: el prototipo actual, una primera serie de preproducción (con dos unidades en prueba), y luego una serie de producción industrial. La inversión estimada para llevar este concepto a escala comercial varía entre US$2 y US$3 millones, e incluye ingeniería, fabricación, pruebas y certificaciones.
“Nuestro objetivo es lograr un vehículo con 600 km de autonomía y recarga en sólo 4 minutos, capaz de competir directamente con el diésel, pero con menores costos operativos y sin emisiones”, señaló López en entrevista con Forbes.
Menores costos y alianzas clave
El modelo, además de su impacto ambiental, ofrece un beneficio económico: según los desarrolladores, el costo mensual operativo sería 25% inferior al de un camión diésel, considerando leasing, energía y mantenimiento.
Actualmente, el proyecto cuenta con el respaldo de empresas como Grupo ICL y Southenergy, y contempla una producción nacional de los vehículos. También se están desarrollando centros de carga de hidrógeno en Valparaíso (junto a la Empresa Portuaria de Valparaíso) y en Santiago, lo que permitirá comenzar a construir la infraestructura necesaria para un ecosistema logístico basado en hidrógeno.
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¿Es viable el hidrógeno en el transporte comercial?
Para López, la respuesta es clara: “Sí”. Sostiene que muchas empresas —como Walmart— ya han fijado metas de descarbonización de sus flotas, y buscan tecnologías que vayan más allá de los eléctricos a batería, especialmente para segmentos donde la autonomía y tiempos de recarga son críticos, como el transporte de carga pesada.
“En la última milla, las baterías ya son competitivas. Pero en logística pesada, el hidrógeno ofrece ventajas claras. Nuestro enfoque inicial son los clientes corporativos comprometidos con cero emisiones, y con el despliegue de centros de carga y abaratamiento del hidrógeno verde, podremos expandirnos hacia nuevos segmentos hacia fines de la década”, afirmó.
Una oportunidad industrial para Chile
Más allá del vehículo, López ve en este desarrollo una oportunidad para transformar a Chile en un exportador de soluciones tecnológicas, y no solo de materias primas. “Podemos ir más allá del cobre, el litio o el hidrógeno verde. Tenemos capital humano, capacidades tecnológicas, y con alianzas internacionales, podemos crear una industria competitiva”, dijo.
Añade que uno de los desafíos clave será la transformación de la industria automotriz tradicional, dominada por fabricantes que aún apuestan por el motor de combustión. En contraste, China y Europa ya están avanzando rápidamente en electromovilidad. Por eso, insiste en la necesidad de que Chile fortalezca su marco normativo y tributario para acelerar la salida de vehículos contaminantes del mercado.
“Ponernos en marcha ahora nos permitirá acumular una experiencia valiosa en millones de kilómetros recorridos, algo que muy pocos países podrán mostrar en esta década”, concluyó.