Mercado marítimo de contenedores enfrenta nueva ola de presión por caída de tarifas y desaceleración en EE. UU.
El mercado global de transporte marítimo de contenedores atraviesa un periodo de alta inestabilidad, marcado por una continua caída en las tarifas y una desaceleración en la demanda, especialmente en Estados Unidos. El Drewry World Container Index (WCI) registró una caída del 5 % hasta situarse en US$1.669 por FEU (contenedor de 40 pies), acumulando 16 semanas consecutivas de descenso y alcanzando su nivel más bajo desde enero de 2024.
Las tarifas spot desde Shanghái a Los Ángeles descendieron un 5 %, llegando a US$2.196 por FEU, mientras que las de Shanghái a Nueva York bajaron un 2 % a US$3.200 por FEU. Datos de la consultora Xeneta corroboran esta tendencia: al 2 de octubre de 2025, las tarifas promedio desde el Lejano Oriente a la Costa Oeste de EE. UU. se ubicaron en US$1.681 por FEU, y hacia la Costa Este en US$2.638 por FEU.
Peter Sand, analista jefe de Xeneta, señaló que “las tarifas promedio en el comercio Transpacífico están ahora por debajo de los niveles de finales de agosto, con el inesperado pico de septiembre ya más que eliminado”. Además, advirtió que “los fletes continuarán su descenso constante durante el resto de 2025, aunque siempre hay potencial para sorpresas en el camino”.
Factores estacionales y geopolíticos
El ajuste estacional, principalmente por la Semana Dorada en China, ha llevado a las navieras a incrementar las cancelaciones de itinerarios (blank sailings) y reducir su capacidad para adaptarse a la baja demanda, considerando la paralización de fábricas en el gigante asiático durante ocho días desde el 1 de octubre. Esta situación ha añadido presión a la baja sobre las tarifas spot.
No obstante, el contexto no se limita a factores estacionales. Según VesselsValue, la demanda global de carga contenerizada crecerá moderadamente, con un aumento del 2,4 % en 2025 y un promedio anual del 3 % entre 2026 y 2028. Por otro lado, la flota mundial seguirá expandiéndose a un ritmo mucho más acelerado, con un crecimiento promedio esperado del 8,7 % en el mismo periodo, lo que genera un desequilibrio estructural entre oferta y demanda.
El elevado ritmo de construcción de buques, con órdenes que suman alrededor de 3,3 millones de TEUs en 2025 y un total estimado de 10 millones de TEUs que se incorporarán en los próximos años, anticipa un exceso de capacidad, independientemente de las fluctuaciones provocadas por factores geopolíticos como la crisis en el Mar Rojo.
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Impacto en la demanda de EE. UU.
La situación en Estados Unidos añade una capa adicional de presión. Jon Monroe, analista de la industria marítima y logística, señala que “la demanda en EE. UU. es débil y cada vez más débil. Los aranceles ya no son solo un tema de política, se sienten directamente en los bolsillos de los consumidores”.
Monroe describe un escenario de cautela entre los importadores estadounidenses, muchos de los cuales están reduciendo o cancelando pedidos, especialmente de bienes no esenciales, y algunos grandes importadores han detenido nuevas órdenes desde Asia hasta contar con mayor claridad sobre el panorama económico.
Las tarifas spot en la ruta Lejano Oriente-Costa Oeste de EE. UU. se acercan a un umbral psicológico de US$1.000 por FEU, un nivel que no se veía desde anteriores recesiones del sector. “Las tarifas spot, que durante el auge de la pandemia superaron los US$20.000 por FEU, ahora apenas cubren los costos operativos de muchas navieras”, advirtió Monroe.
Perspectivas geopolíticas y futuros retos
Los riesgos geopolíticos también permanecen latentes. Peter Sand recordó que China ha aprobado legislación para tomar contramedidas contra cualquier nación que considere actúe en contra de sus intereses comerciales nacionales. “Las luces siguen en rojo en el tablero geopolítico, por lo que sería imprudente pensar que no hay potencial para más problemas en 2026”, advirtió.
En suma, la combinación de una flota en crecimiento acelerado, demanda moderada, ajustes estacionales y un contexto geopolítico complejo coloca al mercado de transporte marítimo de contenedores en un escenario de tarifas a la baja e inestabilidad persistente. Las líneas navieras enfrentan así el doble desafío de mantener su rentabilidad en un contexto de exceso de capacidad y adaptarse a un entorno de consumo global más cauteloso, con especial atención en la desaceleración de EE. UU.