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Transporte Terrestre

Clave para un invierno más limpio y eficiente

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Desde el pasado 2 de mayo, la Región Metropolitana implementa nuevamente la restricción vehicular, una medida crucial para reducir la contaminación ambiental durante la época invernal y mejorar los tiempos de viaje en Santiago. Esta reglamentación, que se extenderá hasta el 31 de agosto, forma parte del esfuerzo del Ministerio de Transportes para controlar la polución y garantizar una movilidad más eficiente.

La restricción vehicular no es una novedad para los santiaguinos. Año tras año, durante los meses de invierno, el Ministerio de Transportes establece un calendario semanal que limita la circulación de vehículos según los dígitos de la placa patente y otras características, como el tipo de vehículo, su año de fabricación y si cuenta o no con sello verde. Esta medida es especialmente relevante en una ciudad donde la contaminación del aire alcanza niveles críticos en invierno, afectando la salud de sus habitantes.

Desde el año pasado, el perímetro de restricción se amplió para incluir a los vehículos catalíticos inscritos antes del año 2011 y las motocicletas inscritas previo al 2010. Ahora, esta normativa abarca toda la provincia de Santiago y las comunas de Puente Alto y San Bernardo. Sin embargo, hay excepciones: vehículos de Carabineros, Policía de Investigaciones (PDI), Bomberos, Gendarmería, ambulancias de instituciones fiscales o privadas, transporte público, transporte escolar y personas con discapacidad están exentos de la restricción.

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Para facilitar el cumplimiento, el Gobierno ha habilitado una plataforma en línea donde los conductores pueden verificar si su vehículo está sujeto a la restricción y consultar el calendario diario de prohibiciones según los dígitos de la placa. Esta herramienta es esencial para evitar multas y contribuir al esfuerzo colectivo por un aire más limpio.

La multa por incumplir la restricción vehicular varía entre 1 y 1,5 UTM, equivalente a aproximadamente $65.182 y $97.773. Es importante recordar que estas sanciones no solo tienen un impacto económico, sino que también buscan incentivar el respeto por las normativas ambientales que benefician a toda la comunidad.

La restricción vehicular es más que una simple normativa; es una herramienta vital en la lucha contra la contaminación ambiental en Santiago. A pesar de las molestias que pueda causar a los conductores, el beneficio colectivo de un aire más limpio y una ciudad más habitable supera con creces los inconvenientes individuales. Además, esta medida ayuda a reducir la congestión vehicular, haciendo que los desplazamientos sean más rápidos y eficientes.

Las cifras hablan por sí solas: cada invierno, la calidad del aire en Santiago mejora notablemente gracias a estas restricciones. Es un recordatorio de que la responsabilidad ambiental es compartida y que, a través de pequeños sacrificios, todos podemos contribuir a un entorno más saludable.

En resumen, la restricción vehicular en la Región Metropolitana es una acción necesaria para enfrentar los desafíos de la contaminación invernal y la congestión en Santiago. Invitar a la ciudadanía a respetar y apoyar esta medida es fundamental para asegurar su éxito y mejorar la calidad de vida en la capital chilena.

Fuente: Meganoticias