Sólo tres países de Latinoamérica toman en serio sus proyectos de electromovilidad. Se trata de Brasil, Chile y México que, a pesar de los esfuerzos, les queda camino por recorrer.
Estos esfuerzos están acompañados por una ligera crecida en las ventas de vehículos eléctricos (EVs), aunque la región está aún muy lejos de mercados más maduros como EE UU y Europa.
El sector de la electromovilidad espera que los gobiernos apliquen más incentivos, muy necesarios, para impulsar una industria aún embrionaria.
En esos tres países, la demanda de EVs aumentó en 2022, apoyada por la subida de los precios de los combustibles fósiles, la disponibilidad de una mayor variedad de coches, scooters, motos y autobuses eléctricos, y una mayor fabricación nacional.
En el caso de Brasil aumentaron 41%, hasta 49.245 unidades, frente a las 34.990 de 2021, según la asociación local de vehículos eléctricos ABVE. El parque total de vehículos eléctricos de Brasil supera ya los 126.500 vehículos.
En Chile hay progresos significativos en la adopción de autobuses eléctricos para el sistema de transporte público, pero el país ha sido más lento en promover una adopción más amplia de la electromovilidad.
México, por su lado, se fijó grandes objetivos de conversión a energías renovables, y su industria automovilística mantuvo el impulso fabricando más vehículos eléctricos, pero el país hizo muy pocos avances prácticos en electromovilidad.
Un total de 39.477 vehículos eléctricos se vendieron en México entre enero y octubre de 2022, según los últimos datos de la asociación automovilística del país, Amia, apenas un 0,7 % más que en el mismo periodo de 2021.
Fuente: Noticias L y T
Imagen: Semana
Agregar Comentarios