La compañía tecnológica líder en logística del continente, selló una alianza con la plataforma Tive para potenciar aún más su servicio de seguimiento y control de cargas, ahora no solo en los barcos sino que también a nivel contenedor.
Dentro del amplio abanico de tareas y preocupaciones que involucra el transporte internacional marítimo de mercancías, hay una que ocupa una posición central: la trazabilidad de la carga. Suena simple, considerando que hoy en día cualquier persona puede trazar desde su celular la comida que pide por una app hasta su última compra en una multitienda. ¿Por qué debiera ser distinto con algo que viaja en un barco?
Pero la trazabilidad de la mercancía marítima tiene apasionantes desafíos que la hacen única y compleja, y que hoy están siendo abordados de múltiples maneras por las empresas de logística. “La clave es comprender de dónde vienen los diferentes datos que nos permiten hacer un seguimiento en tiempo real de la carga de un cliente. En esto participan tecnologías que se usan en la navegación marítima desde hace décadas, hasta otras de reciente implementación”, dice Gabriel Gurovich, CPO de KLog.co, empresa de logística líder en Latinoamérica para el transporte internacional de carga.
KLog.co apunta a disminuir al mínimo la falta de certezas en la trazabilidad a través de su intuitiva plataforma digital, la cual permite fusionar todos los pasos para traer o enviar un contenedor. Los usuarios obtienen capacidad de gestión total y visibilidad del transporte de su carga, pueden reservar los servicios logísticos integrados en línea, hacer seguimiento en tiempo real y medir el desempeño de los embarques para optimizar el proceso a futuro.
En una estratégica alianza, la compañía que entrega soluciones de transparencia y visibilidad, proporcionando, a través de un pequeño aparato ubicado en cada contenedor, información crítica sobre la ubicación y estado de los envíos, con sensores en tiempo real para condiciones como la temperatura, luz, humedad y golpes, entre otros. “La solución en tiempo real de Tive centraliza toda la data, ofreciendo mayor seguridad y control a los clientes, quienes obtienen una visión general pero precisa de la ubicación de sus envíos con mejores datos e información. Así, minimizan las ventas perdidas por mercancías dañadas o retrasadas”, explica Werner Knust, representante de Tive en Chile.
Cómo se logra la trazabilidad
Lo primero es lograr posicionar al barco en el mapa. En eso pueden intervenir al menos cuatro sistemas, cada uno con distintas complejidades y límites: el GPS, que necesita de la concurrencia de tres satélites para entregar datos fidedignos; el Automatic Identification System (AIS), que transmite la posición de un barco y cuyas señales son recogidas por satélites y sistemas terrestre, y el Long Range Navigation (Loran), un sistema que permite determinar la posición del receptor a través de antenas no direccionales ubicadas en puntos estratégicos cerca del mar. A estos hay que sumar las distintas plataformas web de tracking de las navieras, que entregan datos no posicionales, como si un contenedor subió o no a un barco.
Sin embargo, hay factores que distorsionan la trazabilidad de estas fuentes. Sobre todo, el factor humano. “Estas tecnologías entregan datos que luego permiten llevar un control y visibilidad del movimiento de las cargas mientras están en los barcos,pero puede suceder que algunos contenedores no son embarcados a tiempo o se quedan en un puerto. Además, a veces se produce un delay entre la carga de los datos actualizados al sistema y la realidad, debido a que muchas veces no hay personal suficiente para hacer la actualización. Durante los últimos tres años, esto ha sido muy común a causa del Covid”, detalla Gurovich.
Imagen: Pixabay
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