El Banco Mundial publicó el Índice de Desempeño Logístico (LPI) de 2023, en el cual dejó ver el desplome experimentado por Chile al pasar del puesto 34 (logrado en 2018) al 61, lo que fue condicionado principalmente por el rendimiento de los envíos internacionales.
El LPI se elabora en base a 6 puntos, los que miden la eficiencia del despacho de aduanas y gestión de fronteras; la calidad de la infraestructura relacionada con el comercio y el transporte; la competencia y la calidad de los servicios logísticos; la capacidad de seguir y rastreas los envíos; y la frecuencia con la que los envíos llegan a los destinatarios dentro del tiempo de entrega programado o esperado.
En este sentido, la prestación chilena mejor evaluada por el Banco Mundial fue lo relacionada con Aduanas (47), seguido por la competencia logística e igualdad (57), infraestructura (63), puntualidad (65), seguimiento y rastreo (65); y envíos internacionales (85).
Lo anterior, como conjuntó, situó a Chile en el lugar 61 del ranking internacional, compartiendo la misma calificación con Indonesia, Uruguay, Perú y Bosnia y Herzegovina. Asimismo, el mejor ubicado por el LPI fue Singapur y el peor Libia.
A nivel de Sudamérica, Chile ocupó el segundo puesto por detrás de Brasil (51), igualó con las naciones anteriormente mencionadas y superó a Colombia (66), Argentina (73), Paraguay (79), Bolivia (115) y Venezuela (123).
Bajo este contexto, el informe LPI 2023 también dio cuenta que todas las naciones se vieron afectas en los últimos años a raíz de la pandemia por Covid-19 y la invasión de Rusia a Ucrania, lo que repercutió negativamente en el transporte de carga.
En este sentido, un factor que fue destacado guardó relación con la interrupción en el envío de contenedores, acontecido entre 2020 y 2022, ya que “los portacontenedores transportan más de la mitad del comercio mundial por valor y, hasta principios de 2020, ofrecían alta confiabilidad a tarifas de flete bajas. Desde entonces, las tarifas de flete se han disparado a niveles sin precedentes y las limitaciones de capacidad en los puertos marítimos, los buques y la disponibilidad de contenedores se han vuelto endémicas”.
“Como resultado, la confiabilidad del servicio se desplomó a un mínimo histórico hacia fines de 2021. En el verano de 2022, alrededor del 12% de la capacidad de transporte de contenedores del mundo estaba a bordo de embarcaciones fuera de los puertos marítimos esperando ser descargados. Muchos de estos cuellos de botella podrían atribuirse a bloqueos de puertos en el este de Asia o restricciones de productividad en la costa oeste de los Estados Unidos, pero con impactos globales en la capacidad de envío y efectos en cascada a lo largo de las cadenas de suministro”, complementó el documento.
Cebe mencionar que, hacia fines de 2022, estos problemas disminuyeron considerablemente y las tarifas de flete de contenedores están volviendo a los niveles anteriores a la pandemia de Covid-19 a medida que cae la demanda.
Fuente: Portal Portuario
Imagen: Semana
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