Los límites en los tránsitos diarios en el Canal de Panamá han desencadenado una serie de efectos adversos en el mercado de graneles, registrando una reducción interanual del 74% en los tránsitos entre enero y abril de 2024. Este fenómeno ha provocado un aumento del 31% en las distancias de navegación en las rutas afectadas, mientras que el volumen de carga cayó un 25% en el mismo periodo, según datos proporcionados por Filipe Gouveia, analista de transporte marítimo de Bimco.
La drástica reducción de los tránsitos ha generado un entorno especialmente desafiante para los operadores de buques graneleros. A diferencia de los portacontenedores, que operan con itinerarios fijos y pueden reservar sus tránsitos con mayor facilidad, los buques graneleros han tenido que buscar alternativas más largas y costosas, como la navegación alrededor del Cabo de Buena Esperanza o del Cabo de Hornos. Esta desviación no solo ha incrementado las distancias de navegación, sino que también ha aumentado la demanda de transporte en estas rutas.
Gouveia explica que, sin el aumento de las distancias de navegación, la menor cantidad de carga habría resultado en una caída del 2% en la demanda de toneladas/milla para los buques menores que el Capesize. Esto habría ejercido una significativa presión a la baja sobre los fletes de estos buques más pequeños, posiblemente evitando el incremento del 20-30% interanual del Baltic Index para estos tamaños, registrado entre enero y abril.
También le puede interesar: Coquimbo avanza en infraestructura vial
El descenso de los envíos de grano de Estados Unidos al Lejano Oriente ha sido la principal causa de la reducción en los volúmenes de carga. China, por su parte, ha incrementado sus compras de grano de Brasil, que se transporta principalmente a través del Cabo de Buena Esperanza. Actualmente, los granos representan el 34% de la carga que atraviesa el Canal de Panamá, con la mayor parte procedente de Estados Unidos.
Además de los granos, otros productos importantes que usualmente transitan por el Canal de Panamá incluyen el carbón, el acero, los fertilizantes y el coque de petróleo. A pesar de las restricciones, los envíos de acero y fertilizantes han mantenido una estabilidad relativa.
La incertidumbre en el Canal de Panamá, sin embargo, podría estar llegando a su fin. Se espera que los tránsitos diarios aumenten a 32 a partir del 1 de junio, coincidiendo con la temporada de lluvias en Panamá, lo que podría normalizar las condiciones de navegación y reducir las distancias actuales. Esta mejora se anticipa justo a tiempo para las cosechas de maíz y soja en Estados Unidos en septiembre, lo que podría aliviar la presión sobre el mercado de graneles y estabilizar la demanda de buques en las rutas afectadas.
La crisis en el Canal de Panamá ha tenido un impacto considerable en el mercado de graneles, alterando las rutas de navegación y afectando significativamente los volúmenes de carga. La industria observa con cautela los desarrollos futuros, esperando una pronta normalización que permita a los operadores de buques graneleros retomar sus rutas tradicionales y mitigar los costos adicionales que han enfrentado en estos meses de incertidumbre.
Fuente: Mundo Marítimo
