El Ministerio de Transportes ha anunciado la continuidad de la restricción vehicular para el año 2024, una medida que afecta a una amplia gama de vehículos en la Región Metropolitana. Esta política busca combatir los altos niveles de contaminación ambiental y mejorar la calidad del aire en Santiago y sus alrededores. Sin embargo, la implementación de estas restricciones ha generado tanto apoyo como críticas entre los habitantes y usuarios de la región.
La restricción se aplica a todos los autos catalíticos inscritos antes del 1 de septiembre de 2011 y a las motos inscritas hasta el año 2010. El área de restricción abarca toda la provincia de Santiago, así como las comunas de Puente Alto y San Bernardo. Las restricciones están vigentes de lunes a viernes, de 7:30 a 21:00 horas, exceptuando los días festivos.
Para este miércoles 22 de mayo, los vehículos con las siguientes características y dígitos de matrícula tendrán restricciones específicas:
- Motos inscritas antes del 2002: Dígitos 6, 7, 8 y 9. Prohibición de circular dentro del anillo Américo Vespucio.
- Motos inscritas antes de septiembre de 2010: Dígitos 8 y 9.
- Autos, station wagons y similares inscritos antes de septiembre de 2011 con sello verde: Dígitos 8 y 9.
- Autos, station wagons y similares sin sello verde: Dígitos 6, 7, 8 y 9. Prohibición de circular dentro del anillo de Américo Vespucio.
- Buses de transporte privado, interurbanos y rurales: Dígitos 6, 7, 8 y 9.
- Transporte de carga: Dígitos 6, 7, 8 y 9.
En episodios de Preemergencia Ambiental, se mantiene la restricción permanente de dos dígitos y se extiende a los vehículos de carga, incluyendo camionetas, independientemente del año de fabricación. En caso de Emergencia Ambiental, los vehículos catalíticos mantendrán su restricción permanente y se sumarán dos dígitos aleatorios adicionales.
Los conductores que no respeten estas restricciones se enfrentarán a multas que oscilan entre 1 y 1,5 UTM, lo que equivale a aproximadamente $65,000 a $97,000. La fiscalización de esta medida está a cargo de Carabineros de Chile, inspectores municipales e inspectores del Ministerio de Transportes, apoyados por un sistema de cámaras de vigilancia distribuidas por toda la Región Metropolitana.
La restricción vehicular ha demostrado ser una herramienta efectiva para reducir los niveles de contaminación en la capital, pero no está exenta de controversias. Muchos conductores se sienten frustrados por las limitaciones a su movilidad diaria y los costos adicionales que estas restricciones implican. Sin embargo, la mejora en la calidad del aire y los beneficios para la salud pública son argumentos poderosos a favor de esta medida.
La clave para el éxito de estas políticas radica en la implementación de alternativas viables para el transporte, como el fortalecimiento del transporte público y la promoción de vehículos menos contaminantes. A medida que nos enfrentamos a desafíos ambientales cada vez más graves, es esencial encontrar un equilibrio entre la protección del medio ambiente y las necesidades de movilidad de los ciudadanos.