Durante el Gobierno del ex presidente Sebastián Piñera se presentó un proyecto de ley para “liberalizar” el cabotaje marítimo en Chile, permitiendo a naves extranjeras transportar carga entre puertos del país. Sin embargo, la actual administración ha introducido modificaciones que han transformado la propuesta en una “flexibilización” más que en una liberalización completa.
El proyecto, actualmente en segundo trámite constitucional en el Senado y objeto de intensos debates en los últimos días, propone que las navieras extranjeras puedan prestar servicios en rutas que no puedan ser cubiertas por barcos nacionales. Además, podrían recoger carga de cabotaje en su trayecto de salida y acceder a un permiso renovable una vez, después del cual deberán constituirse como navieras chilenas.
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Esta iniciativa ha generado un acalorado debate en Chile, con posturas encontradas. Por un lado, hay quienes argumentan que la flexibilización promueve la competencia y reduce los costos, mientras que otros temen por la pérdida de empleos y una eventual competencia desleal. El Gobierno ha defendido las modificaciones presentadas, argumentando que podrían reducir las tarifas de transporte de graneles y carga general entre un 17% y un 43%, lo que significaría importantes ahorros para el país.
El ex ministro de Hacienda, Ignacio Briones, ha sido uno de los principales defensores de avanzar en la flexibilización del cabotaje marítimo. En una carta publicada en El Mercurio, Briones argumentó que liberar el cabotaje en un mercado concentrado es procompetencia y favorece un mejor aprovechamiento de la “carretera” marítima del país.
El debate sobre la liberalización o flexibilización del cabotaje marítimo en Chile refleja los desafíos y oportunidades que enfrenta el país en materia de transporte y comercio internacional. La decisión final sobre este proyecto de ley tendrá un impacto significativo en la economía y la competitividad del país en el escenario global.
Fuente: emol
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